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lunes, 25 de octubre de 2010

Perder a un amigo

Cuesta trabajo hacerse a la idea de que aquella persona que una vez fue AMIGO ya no lo es.
Aquella persona que durante mucho tiempo me ayudó incondicionalmente ahora se comporta como un verdadero desconocido para mi.
Parece ser que cuando nos va mal de alguna forma provocamos que personas cercanas sientan la necesidad de sentirse útiles o bien consigo mismos ayudando en lo que pueden, pero una vez que todo se arregla y los problemas dejan de ser problemas, ese profundo y verdadero sentimiento de la amistad se transforma en algo parecido a la envidia... ahora aquella persona que tanto deseaba que todo me fuese bien, envidia que así sea...
Y yo me pregunto... ¿eso es ser un amigo?
Definitivamente NO.

Ahora aquella planta de rosas con algunas espinas se ha convertido de golpe y porrazo en un enorme cactus al que nadie puede arrimarse sin salir lastimado, las palabras de aliento han pasado a ser gritos continuos, gratuitos y sin sentido y la dulzura en una perdida de las formas absoluta.

Aun así he de reconocer que el cariño que siento por el seguirá ahí y que le quedaré eternamente agradecida por abrirme poco a poco los ojos en una de las peores situaciones de mi vida, y por ello gracias.

Pero yo no te debo nada ni tu a mi, así que a partir de hoy cada uno asumirá su papel, y yo haré lo que tu pronto has hecho.. olvidarme de todo...


A Jose Luis

1 comentario:

  1. Aish.... escríbeme y me cuentaaaaaaaaas!!!!

    Yo tengo cositas que contarte!!!!

    Te quiero pequeña!!!!!

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